La Pantera del cachibol

*La inagotable María González, una mujer de 70 años conocida como Doña Mary, es ejemplo dentro del equipo Las Panteras, donde inyecta energía

Antonio Zamora

Puebla, Pue.- Cuando cumplió 40 años creyó que el deporte no era para ella hasta que conoció el cachibol, una disciplina que tiene a María González Gutiérrez, con 70 años de edad, con una vitalidad envidiable y buen estado de salud.

Fue parte de los Juegos Estatales Deportivos y Culturales para Adultos Mayores, donde destacaba la sonrisa de Doña Mary, como cariñosamente la conocen sus compañeras del cachibol del equipo Las Panteras que representa al DIF municipal.

“Uno cuando se empieza a hacer grande comienza a pensar como viejito y cree que el deporte solamente es para los jóvenes. Una de mis cuñadas un día me invitó a su equipo de cachibol, desde entonces llevo 30 años jugándolo y créeme que es algo que me llena de vida”.

El cachibol es un deporte en el que se enfrentan dos equipos de seis jugadores cada uno, colocados en dos líneas, tres en la primera y otros tres en la segunda. El juego consiste en enviar el balón por encima de la red al campo contrario, pudiendo dar tres pases.

Mary está sentada en la banca y se coloca una venda en su mano para no sufrir alguna torcedura, se acerca una de sus compañeras para darle una rodillera que le dará estabilidad a su articulación. Antes de entrar a la cancha, se persigna, ve hacia arriba y se encomienda, como los jugadores de élite.

“Ahorita tengo 70 años, pero empecé a jugar con Las Panteras desde hace unos 15 años y la verdad es un ambiente muy bonito porque jugamos por gusto, porque la pasamos bien, aunque siempre queremos ganar, pero lo importante aquí es divertirnos y hacer ejercicio”.

El ambiente en la Arena es entrañable, desde la grada baja el grito de “vamos abuelita”, pero como deportista profesional, Mary no se desconcentra, es más, logra un punto para su equipo con su especialidad, el voleo con su mano “buena”, la derecha.

Tras una serie de juegos y con el infortunio de no llegar a la final, se acabó su participación en los juegos, pero sale con una sonrisa que contagia y la razón son sus dos pequeños nietos quienes estuvieron en las gradas gritando en todo momento.

“Nosotros jugamos todas las semanas en el centro escolar y ya nos conocen como las abuelitas del centro escolar y la verdad es algo que me gusta mucho, mi mayor motivación son mis nietos quienes todo el tiempo me están diciendo que le eche ganas y que ellos siempre me van a estar apoyando”.

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